CUENTOS DEL AULA 5TO A SEC: CONCURSO 2021

                                                            CUENTO 3 

                     HARAGOC MI MEJOR INVENTO

A inicios del año 2090 conocí la Universidad: “Hogwarts”, reconocida por ser una de las mejores en tecnología y sus premios ganados por todos los inventos que ahora son útiles para el mundo. Apenas oí de ella quise entrar, mi sueño era aquella universidad, solo había un inconveniente, ingresar. Debía crear un proyecto, que deslumbre a los profesores y sobre todo al fundador de Hogwarts, el conocido ingeniero de robots: Tadashi Hiro Hamada. Tenía solo 9 días para construir uno de los mejores inventos de mi vida, el tiempo era mi mayor obstáculo.

Me pasé todo el día pensando en que podía hacer, hasta que llegué a la conclusión de que, a un ingeniero de robots, lo puedo sorprender… con un robot.

Llamé a mi viejo amigo, Bo, él se encargará de conseguirme todos los materiales para mi invento. Anteriormente ya he creado otros inventos como la tele caminadora, el intercomunicador de mundos, entre otros, y gracias a su ayuda debido a que él se dedica a la venta de todos estos materiales he podido construir mis invenciones. Un día Bo, me vio mirando sorprendido toda su fábrica y me dio un recorrido, eso marcó el inicio de nuestra amistad. Le conté el proyecto que tenía en mente y le pareció genial. Ese mismo día por la noche él llegó con todos los implementos necesarios.

Mi idea es crear un robot enfermero, que sea totalmente inteligente, que haga y responda preguntas, totalmente autónomo. Así fue como empecé a construir a HARAGOC, quería darle un aspecto gentil, así que tenía en mente hacerlo de gran tamaño pero que logre verse inofensivo, sería de color blanco, su cobertura sería una piel blanca con la textura de un globo, pero un millón veces más resistente.

Su labor exactamente sería ser un enfermero asistente, con buenos modales, pero solo podría atender casos de gravedad leve.

Empecé la construcción el 12 de enero, tendría hasta el 21 de este mes para acabarlo. Apenas Bo, abandonó mi casa, no dormí los días siguientes por más de 4 horas, no solo estaba construyendo el cuerpo de Haragoc, sino que estaba creando todo su sistema informático, tendría que lograr que una máquina hable, camine, piense, analice y sea capaz de curar pacientes.

Mi tía entraba de vez en cuando a la cochera, para asegurarse de que comiera, debido que todo mi tiempo se iba en mi proyecto y comer no estaba en mis prioridades. Mis padres fallecieron cuando aún tenía 5 años así que mi única familia por el momento era mi tía Meg, por eso ella me cuida como si fuera su hijo.

Pasaron 4 días y yo seguía trabajando en el sistema de Haragoc, quería hacerlo lo más amable, pero no sabía cómo, después de todo Haragoc iba a ser simplemente, un robot. Introduje en el sistema, muchas palabras, expresiones, dichos, para que él no solo diga palabras cuadradas como todos nosotros, sino para que se exprese de manera diferente.

Pasaron 8 días y ya estaba terminado, solo necesitaba hacer la prueba con él. Lo encendí para comprobar que al escuchar su nombre respondiera como lo programe así que fui por mi primer intento: HARAGOC, lo llamé fuerte y claro, los nervios recorrían todo mi cuerpo a la espera de una respuesta que llego unos segundos después.

¿Hola, Alexandre, en qué puedo ayudarte?, respondió y en ese momento tuve el sentimiento más hermoso de mi vida al oír esas palabras, había creado a un robot asistente, y había logrado mi objetivo, Haragoc se veía totalmente tierno, a pesar de su gran tamaño, él lucía como un gran oso polar de peluche. El robot al verme empezó a analizarme y me dijo que estaba libre de peligro. Empecé a darme pequeños y fuertes golpes, para ver cómo respondía ante mi dolor y fue totalmente gratificante probar que funcionaba como lo esperé.

Llegó el gran día de la presentación, y pude conocer al señor Tadashi Hamada, en el momento que empezó a acercarse hacia mí para evaluarme se cayó de manera leve, rápidamente Haragoc fue en su apoyo después de llamarlo, le di la orden que examine y atienda al señor y este obedeció perfectamente rociándole un spray adormecedor en la zona afectada, el señor Hamada quedó sorprendido y me felicitó por mi trabajo, fue el mejor día de mi vida.

Y así fue como ingresé a la Universidad de mis sueños.

                                                                                                                                               Anónima