CUENTOS DEL AULA 4TO A SEC: CONCURSO 2021

                                                                        CUENTO 3

                                                  MERCY

Miedo.

Eso es lo que sentía Janessa, después haber escuchado un ruido mientras cocinaba. Tenía erizada la piel, su corazón estaba acelerado, era un sube y baja de emociones, sentía que algo o alguien estaba detrás de ella. Cerró los ojos, esperando a que acabase todo, sin embargo, cuando abrió los ojos se encontraba en un lugar totalmente diferente era un salón de clases o al menos eso aparentaba serlo.

—¿Qué es lo que pasó?, ¿Por qué estoy aquí? — se preguntó a sí misma asustada —. No quiero morir aquí.

Pronto se dio cuenta de que a su izquierda estaba Joshua —su pareja—, quien dormía plácidamente, en seguida lo despertó con un pellizco.

—Janessa, ¿Qué está pasando?, ¿Por qué estamos en este lugar? — pregunto desconcertado.

—No lo sé, cerré los ojos y cuando los abrí ya estaba aquí — respondió nerviosa de lo siguiente que podía suceder—. Tengo mucho miedo Josh, ¿Cómo saldremos de aquí?

—Janessa todo va a estar bien, eso te lo prometo. Saldremos por alguna puerta o ventana, pero en lo que estoy seguro es que saldremos juntos.

Janessa había conocido por error a Joshua hace cuatro años, él era el típico chico inteligente que le encantaba alardear sus logros, no obstante a pesar de las grandes diferencias que había entre ellos, formaron una amistad que con el tiempo se convirtió en una relación de dos años.

—Supongo que esto no es tan aterrador como parece— pensó Janessa.

—Salgamos de este salón, que ya me está dando miedo.

—¿Escuchaste eso?, suena como una televisión sin señal.

Los dos miraron hacia atrás, en el suelo apareció un televisor antiguo. Y sin estar conectado a la corriente se empezó a reproducir un video que era del colegio “Gallegos” —el colegio donde ellos habían estudiado la secundaria—.

El video comenzaba con el exdirector dando una bienvenida, luego comenzaba a promocionar el centro de estudios. Janessa observaba atentamente al director, sobraba decir que el hombre siempre le había dado miedo; al final del video desaparecía el director y en su lugar se presentaba una entidad de grandes ojos como canicas, un gran agujero en lugar de una boca, contaba con varios brazos incluso vestía el uniforme del colegio.

—Ya no quiero ver eso, apágalo— tapo sus ojos.

Joshua arrojó el televisor al suelo logrando que la televisión se apagará.

—Listo, salgamos de este muladar que se hace llamar salón— Dijo tomando la mano de Janessa.

Caminaron hasta llegar a un salón donde encontraron a una persona tirada en el suelo. Parecía estar desmayado. Joshua reconoció al desconocido era Antonio —uno de sus amigos o bueno un amigo de la joven pareja—.

—Eres Antonio ¿Verdad?

Antonio asintió

—¡Antonio no puedo creer que seas tú!— exclamó Janessa alegre — Ha pasado demasiado tiempo, no te reconocí, ¿Cómo has estado?

—Eso no te debe importar mucho. Mis asuntos solo deben importarme a mí. Vamos andando, quiero encontrar la salida—. Respondió Antonio.

Antonio era parte del grupo de amigos de Janessa. Él tenía una naturaleza amable que lo hacía sobresalir sobre los demás, siempre mostraba una sonrisa. Era el típico humano feliz, en quien siempre había positivismo. Janessa no quería asumir nada, pero, parecía que él había adquirido los malos hábitos de fumar de su madre.

—Vamos Janessa, no te quedes ahí parada —. Dijo Joshua.

Los tres caminaron hasta un largo pasillo, donde descansaron un poco.

—Qué demonios es eso— chillo Antonio señalando a la entidad que hace poco había aparecido en el video— ¡Corran!

Los tres corrían velozmente, tenían miedo de lo que les podía hacer la entidad. En un pasillo se tenía que saltar un hueco para poder estar a salvo. Los dos varones lograron saltar y estar a salvo, pero Janessa inevitablemente se cayó al hueco. Antonio la sostenía, sin embargo, él la soltó.

—Bueno uno menos— habló Antonio tranquilamente con una gran sonrisa como si no hubiese pasado nada.

—Cómo puede estar tan tranquilo— gritó Joshua—. Vamos a buscarla.

Janessa sentía que iba a morir, pero terminó cayendo al primer piso del colegio más específicamente en la cancha de básquetbol. Se quedó esperando a que llegaran a rescatarla.

Por otro lado, Joshua y Antonio discutían sobre algo.

—No puede creer que aún siguen juntos, a pesar de lo que pasó. Aún más sabiendo que ustedes dos lo provocaron— gritó irritado Antonio—. Cómo es que pueden estar tan tranquilos, eso a mí me arruinó la vida— seguía gritando.

—Sabes perfectamente que eso ya pasó— respondió calmado Joshua

—Espero se pudran, los odio— estaba más que indignado por la respuesta de su amigo.

Sin previo aviso las pocas luces, que estaban encendidas, se apagaron. Cuando por fin se encendieron las luces se terminó revelando a un Antonio muerto.

Joshua empezó a correr a más no poder, mientras este huía a su mente venían todo tipo de recuerdos desde cuando había ilusionado a Gianna— una de sus amigas—, de cuando la había dejado plantada y cuando ella se había lanzado del colegio en el último de clases del último año. Era como un martirio para él.

Gianna era la última del grupo de Janessa, ella era una persona muy tímida e ingenua y eso fue blanco fácil para que Joshua la ilusionara.

Joshua siguió corriendo hasta llegar a la cancha de básquetbol. En una esquina de la cancha estaba Janessa, quien se sentía asustada, de inmediato se reunieron con un cálido abrazo

—Ven, vámonos antes de que aparezca esa entidad que nos está atormentando.

Antes de que pudieran irse, la entidad ahorcó a Joshua.

—Por favor no le hagas daño a él, ¡por favor! ¡Solo tómame a mí y acaba con esto! — suplico Janessa — ¡Es la única persona que me queda, Gianna!, ¡Lamento lo que pasó!, ¡No quería hacerlo! — cayó al suelo— ¡Gianna por favor!, ¡Perdóname, Gigi!, ¡Piedad, piedad, piedad…!

Antes de que pudiese terminar su frase la entidad o tal vez el espíritu vengativo de Gianna desprendió la cabeza del cuerpo de Janessa.

Little Moon