CUENTOS DEL 2DO A SEC: CONCURSO 2021

                                          CUENTO 4 

                              EL PARAÍSO QUE PERDÍ 

Yo solía vivir en una aldea y mi casa era de todas la más alejada, donde los primeros rayos de sol se asomaban a mi ventana, tenía una vida tranquila e iba a la escuela como toda niña de mi edad, pero de alguna forma yo no encajaba con los demás.

Mi pasatiempo siempre ha sido dibujar, mientras que los demás solo se dedicaban a jugar; yo dibujando en cualquier ambiente podía estar, al hacerlo me sentía fuera de este mundo como si el universo de mi mente se hiciera realidad.

Hasta que un día algo diferente pasó, personas nuevas llegaron a la escuela y al finalizar las clases yo perdí mi libreta; empecé a buscarla con desesperación hasta que escuche unas risas provenientes del patio, me asome por un lado y pude ver como mis dibujos eran destrozados por ciertas personas que no conocía y que en ese momento ni quería conocer. Salí corriendo a casa, sin decir nada a nadie, subí a mi habitación, agarre unas hojas y mis cosas para salir corriendo hacia al bosque, encontré un árbol el cual trepé y dibuje llorando al atardecer.

Cuando los rayos del sol se ocultaron, baje del árbol ya que tenía que volver a casa porque de noche salían a cazar y es muy peligroso estar fuera, al poco tiempo escuche unos disparos cerca y me encontré con una ardilla herida, en mi desesperación intente llegar a casa lo más rápido, pero sentí un viento fuerte y no sé cómo de un momento a otro estaba en un lugar diferente.

Entre en shock, estaba apreciando el lugar y vi como un chico con rasgos de zorro le entrego la pequeña ardilla a un hada que pudo curarlo, fue algo difícil de procesar así que me empecé a pellizcar pensando en la posibilidad de haber sido víctima de una bala o si me había desmayado de la impresión y por mi cabeza paso: “Acaso ya estoy en el cielo o ¿por qué estoy viendo este paraíso?”.

Escuché una voz decir:” no te preocupes, no estas muerta Roxy”, a lo que yo pregunté: ¿Acaso lees mentes? y él al instante respondió: No, es que tú pensaste en voz alta.

En ese momento me di cuenta que el chico me era muy familiar, entonces saqué mis dibujos y empecé a comparar, para así confirmar que mi sospecha era verdad, mi dibujo había cobrado vida, Kitsune era real.

El paisaje era el mismo que dibuje igual que las hadas, en ese momento baje los dibujos y aprecie con más detalle todo lo que me rodeaba.

Yo solía ir a diario y viví muchas aventuras que recordaré hasta el último de mis días, pero como sabemos todo lo bueno no dura para siempre.

Un día mis padres me llamaron para decirme que nos mudaríamos por falta de recursos, la caza había decaído considerablemente.

Yo me dirigí al bosque para hablar con Kitsune, llegué como siempre y usé la típica frase “tenemos que hablar”, su expresión cambio.

-       Me gusta lo que estás haciendo, pero mi aldea está decayendo nosotros vivimos de esto – fueron mis palabras.

-       ¿Te parece justo sacrificar animales de esa manera? – Kitsune se exaltó

-       Es parte del ciclo de vida – intenté explicar, pero él no lo comprendía – A causa de esto me tengo que ir porque ya no tenemos de que vivir – baje la cabeza.

-       Quédate aquí con nosotros – agregó él al instante.

Yo me demoré en responder, en ese momento lo pensé juro que lo pensé, pero su expresión cambió y sus palabras hirieron.

-       ¿Enserio lo que estás pensando?, este es el paraíso, es tu creación Roxy, ¿Por qué lo estás pensando? – fueron sus palabras.

En ese instante yo prioricé mi familia, no sabía sobre la realidad y decidí a mi familia Con una mirada de decepción Kitsune me dijo: “si te vas a ir promete que harás un cambio en ese nuevo lugar al cual vas a llamar hogar”, fueros sus palabras las cuales nunca olvidare.

Aquella noche fue la última vez que estuve ahí y en un parpadeo todo desapareció antes que yo pudiera pronunciar: “Te lo prometo”, pero me siento aliviada que no lo haya escuchado de mí, porque es una promesa que no pude cumplir y no hay noche en que no me arrepienta de no haberme quedado ahí.

                                                                                                                                       Zyxniss