EL CONEJO Y LA SERPIENTE
En una tarde muy
tranquila un conejo blanco iba saltando feliz de la vida por el bosque, para
así llegar a su destino(madriguera) pero en el trayecto de su camino el conejo
escucho que dos liebres murmuraban que alguien había robado comida ajena:
(Liebre Lucia): Me
han contado por ahí que están robando la comida de las casas.
(Liebre Matilda): ¿Cómo
es eso?, ¿Me estas diciendo que hay un ladrón en el bosque?
Pero el conejo
simplemente las ignoro y prosiguió su camino hasta llegar a su hogar.
Al día siguiente el
caso era aún más fuerte ya que formaron nuevos rumores sobre que el conejo era
el que robaba la comida, pero cosa que no era cierta, el conejo al enterarse de
eso decidido fue a preguntar quien había creado ese rumor tan falso.
(Conejo): ¿Por qué
están creando rumores de que yo estoy robando la comida de las casas?
(Liebre Lucia): El
es el que roba nuestros alimentos, debemos darle su merecido.
(Conejo): Me están echando
la culpa de algo que no hice, me parece muy injusto.
(Liebre Matilda):
Yo creo que el conejo no roba nuestros alimentos, a mi no me ha robado nada
hasta ahora.
(Liebre Lucia):
Pero la serpiente no dice lo mismo, ella misma vio que el roba nuestros
alimentos.
Dijo indignada la
Liebre Lucia.
El conejo no se
sintió enojado del todo porque sabía que la serpiente era de conocerse ya que
le tenía odio al conejo.
Después de días el
conejo aclaró que el no tuvo nada que ver en el robo de alimentos, los animales
del bosque lo entendieron porque vieron que no había desaparecido nada de su
madriguera.
Al cabo de unos
meses el conejo salió de su madrigal como siempre a dar un paseo, pero se
percató de que alguien pedía ayuda.
Serpiente: ¡AYUDA!
¡AYUDA! Mi cola hay me duele
Gritaba del dolor.
El conejo se percató de que era la serpiente, su cola se había atascado en unas rocas, el todo
amable se acercó a ayudarla.
Conejo: Permíteme
ayudarte serpiente, no te muevas…
El conejo con mucho
cuidado puedo liberar la cola de la serpiente.
La serpiente al ser
liberada se fue arrastrando sin decir” Gracias”, el conejo ya lo suponía, ya
que sabía que la serpiente en algún momento de su vida iba a aprender la
lección y prosiguió con su camino.
MORALEJA: Da lo
mejor de ti, aunque recibas malas acciones de otras personas.
Almendra
EL ZORRO EN BÚSQUEDA DE SU AMIGA LIEBRE
Al
caer la tarde en un campo un gato estaba durmiendo como de costumbre, cuando de
la nada se le acercó un zorro, él le preguntó que si sabía dónde quedaba la
casa del conejo y entonces el gato pensó que iba a cazar al conejo y le dijo:
—¿Por qué busca un zorro a una liebre?
Y el zorro le respondió:
—La liebre es mi amiga y ella me invito
a su casa.
El
gato no creía ni una sola palabra de lo que le dijo el zorro entonces el gato
le dijo:
—No te creo.
El
zorro dijo:
—Eso
ya no importa, ¿Me vas a decir dónde queda la casa o no?
El
gato no quería poner en riesgo la vida de la liebre por lo que le dijo que no,
el zorro se fue indignado porque nadie le creía.
Se
fue en búsqueda de alguien más, como estaba antes de lo acordado con la liebre,
ya que quería conocer el lugar, todavía tenía bastante tiempo, el zorro luego se
encontró con un caballo, el zorro fue con la esperanza de que el caballo le
dijera donde queda la casa de dicha liebre, cuando llegó en el caballo, le hizo
la misma pregunta que le dijo al gato, el caballo amablemente le respondió:
—Sí,
es la casa morada que está frente a ese gato.
El
zorro ofendido le contó lo que pasó con el gato, el caballo le mencionó que ese
gato es un incrédulo, el zorro más tranquilo con lo que le dijo el caballo se
fue a la casa de la liebre, cuando llegó obviamente le contó todo lo que
ocurrió.
Moraleja:
No siempre ser incrédulo es bueno, las personas aparentemente malas no siempre
lo son.
ITZIA
LA MARIPOSA Y EL NIÑO SAMUEL
En un viaje familiar, los padres de Samuel le advirtieron que no se alejara de ellos ya que estaban paseando en un bosque grande , pero Samuel era un niño intranquilo, travieso y curioso. En un momento Samuel se deslumbró por una hermosa mariposa, como él era fanático de las mariposas, la quiso cazar, pero ella le rogó solloza pidiéndole que no lo hiciera. Samuel se quedó anonadado y le dijo: -tranquila, no te cazaré- La mariposa al ver que Samuel no era como los demás humanos de egoístas y crueles le agradeció por dejarla seguir con su vida en paz.
Samuel en un momento se dio cuenta que sus padres ya no estaban con él, comenzó a preocuparse, comenzó a gritar: ¡Mamá! ¡Papá!
Al ver que no les respondía se sentó en el suelo y comenzó a llorar, la mariposa al verlo sintió lástima por él, decidió ayudarlo y le dijo: -Ya no llores, yo te ayudaré a encontrar a tus padres. Samuel secó sus lágrimas y sacó una sonrisa diciendo: -Gracias amiga mariposa, tu corazón es tan grande como tu belleza.-
Y así lo guió hasta sus padres.
MORALEJA: Obedece siempre a tus padres ya que las cosas no pueden salir del todo bien.
MINA
No hay comentarios:
Publicar un comentario