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domingo, 10 de julio de 2022

CONCURSO DE CUENTO DE TERROR 2022 4TO B SEC.

 

En La Cabaña

Melaine soltó un suspiro cansado, había logrado terminar de revisar todos los cuadernos que tenía pendiente, después de todo no era fácil ser maestra. Alzó su mirada al reloj que colgaba de la pared y marcaba a las tres y veintitrés. Guardó todo y apagó las luces, a pasos rápidos se dirigió a su habitación y no dudó en lanzarse a su cama, para caer finalmente en brazos de Morfeo. Pasaron las horas y aunque Melaine no quería despertar, el fuerte dolor de cabeza más el pitido que resonaba, no querían dejarla seguir durmiendo, lentamente comenzó a abrir los ojos y lo primero que se dio cuenta es que, el techo que estaba mirando no era el techo de su departamento.

Asustada, se levantó rápidamente de la cama y tropezando un poco se acercó a la puerta de la habitación, intentando abrirla, pero fracasando en el intento.

- Es imposible, ya lo intenté. -Otra voz se hizo presente asustando a Melaine, quién instintivamente se apegó lo más que pudo a la puerta.

- ¿Q-quién eres tú? -Preguntó mientras miraba al chico que estaba sentado en el suelo, que no mostraba interés alguno.

-Lucas. Y te recomiendo que no mires por la ventana. Créeme, me lo agradecerás. Ahora si lo permites, volveré a dormir. -Antes de que Melaine pudiera responderle, se levantó y a pasos largos se acercó a la cama, se recostó y durmió.

- ¿Por la ventana…? ¿Por qué tendría que agradecerle? -Comenzó a acercarse a la ventana un tanto temerosa, pero con curiosidad y lo primero que miró, logró que se agachara rápidamente y se abrazara a sí misma con terror. Ese ser humanoide, era alto, su rostro, si se podía llamar rostro a la gigante boca en forma de vertical desde su frente hasta su mandíbula y sus cuatro ojos en cada lado.

¿Qué se suponía que era ese extraño ser de horripilante forma? ¿Fue ese ser quién la había traído? ¿Pero con qué propósito? ¿Acaso la mataría?

Y un sinfín de preguntas, pero ella sabía que nunca sería capaz de obtener la respuesta, con temor a levantarse, se quedó en la misma posición durante varias horas, intentando convencerse a sí misma que se trataba de una pesadilla y que todo volverá a la normalidad una vez que ella despertara.

- ¿Cuánto tiempo se supone que te quedarás así? Vas a morir antes de obtener respuestas.

- ¿No estás preocupado? ¡Ese…Ni sé cómo llamarlo! Podría matarnos en cualquier momento, y nadie se enteraría. Además, estoy atrapada con un extraño…

- No soy un extraño, te dije mi nombre. Lucas Pérez. La extraña, en todo caso, serías tú, no te has presentado. En fin, ¿Ya decidiste si vas a quedarte a morir o intentarás escapar? – No se había dado cuenta que Lucas se la había acercado, pero manteniendo una cierta cantidad de distancia. – Yo no planeo morir acá.

- ¿Cómo es que estás tan tranquilo? ¡Esto no sucede todos los días de la vida! Yo…solo quiero volver a mi vida

- ¿De qué me sirve estar asustado, nervioso o angustiado? Solo limitará a que piense en morir. Y yo quiero vivir, tengo un propósito para seguir viviendo. Y una extraña como tú, no interrumpirá mis planes de supervivencia.

- Melaine… Melaine Solano…

Una sonrisa victoriosa disimulada se planteó en los labios de Lucas, pasó el tiempo, unas semanas desde que ambos habían sido secuestrados por este grupo de seres humanoides, poco a poco habían descubierto las rutinas, el cómo dejaban los alimentos y hasta esos momentos, el único cercano que habían tenido, fue una noche donde Melaine fingía dormir, pero entonces escuchó cómo la puerta de la habitación era abierta y unos pasos acercarse a ella. El miedo, nervios y escalofríos que sintió en esos momentos, el cómo su consciencia quería abandonar su cuerpo y dejarlo a su suerte, sentía la presencia de ese ser a unos metros de ella, quería gritar, avisarle a Lucas, pero tampoco tenían un plan del cómo sobrevivirían y poniendo su mayor esfuerzo, obligó a estarse tranquila, fingiendo dormir plácidamente teniendo al enemigo a metros suyo que en cualquier momento podría aniquilarla sin resentimiento alguno.

Claro que le había contado a Lucas, y ahora se turnaban, mientras que Melaine dormía durante la noche, Lucas estaría de guardia, y viceversa, los únicos momentos que compartían juntos era en la tarde-anochecer, donde podían discutir sobre sus planes de sobrevivencia.

- Bien, hora de cambiar turnos. Ve a descansar, Melaine. -La nombrada asintió y se dirigió a la cama, se recostó y arropó con las mantas, se giró dando la espalda a Lucas.

- Lucas… Gracias.

- No tienes que agradecer nada, los dos estamos en la misma situación.  -Y sin decir alguna palabra más, Melaine quedó dormida sabiendo que tenía a alguien que la cuidaba de noche, durante todas las semanas que había convivido con Lucas, presentía que él era una buena persona, y sus presentimientos nunca se habían equivocado. Melaine, abrió lentamente sus ojos, como si algo le avisara que tenía que despertarse, tenía la sensación de que esta noche sería distinto, se sentó en la cama y buscó con la mirada a Lucas, y se sintió como una niña pequeña en su habitación a altas horas de la noche asustada por las sombras que generaban los árboles o algunos juguetes. Pero el caso era distinto, Lucas no se encontraba y ella temía que le había pasado de lo peor mientras ella dormía cómodamente.

Aún sintiéndose cobarde, se levantó de la cama con necesidad de buscar a Lucas, con cuidado se acercó a la puerta, aunque probablemente ya sabía que esta no se abriría, algo podría haber cambiado mientras ella dormía, y así fue, cuento giró la manija la puerta se abrió y pudo sentir un escalofrío recorrer por todo su cuerpo. La puerta estaba abierta y Lucas estaba probablemente en algún lugar. Tomando valentía, salió de la habitación sin realizar ruido alguno, había velas que iluminaban los extensos pasillos con diferentes puertas, comenzó a caminar hacia el pasillo contrario donde había menos habitaciones, sus pasos eran lentos y torpes, sentía que le rodeaba un ambiente muy tenso que poco a poco la estaba carcomiendo. Siguió caminando hasta que llegó a unas escaleras que la dirigían a un piso abajo, además desde donde estaba llegaba un leve olor a sangre.

Quería correr, huir, abandonar todo y salvarse a sí misma, pero al mismo tiempo, un pensamiento de que Lucas podría encontrarse en ese lugar hacía que luchara consigo misma y por fin, decidió bajar por esas escaleras que le llevaban a una sola habitación, no detuvo su andar y cada vez más el olor de sangre se hacía más fuerte, sentía reiteradas veces el peligro venir de esa habitación. Una vez estuvo frente a la puerta, pudo notar que estaba entreabierta, y desde adentro no había ningún ruido. Giró la manija y entró a la habitación, todo estaba oscuro y un fuerte olor a sangre le daba la bienvenida, sin cerrar la puerta y con ayuda de la poca iluminación que daban las velas, pudo ver que había varios rastros de sangre fresca en el piso, por instinto propio retrocedió espantada y chocó con algo, o mejor dicho alguien, sintiendo la sangre correr por sus venas, no tuvo la valentía de girarse a ver, era su fin. Cerró sus ojos mientras su cuerpo temblaba y su presión bajaba, no quería morir, quería sobrevivir. Así que, aunque fueron por unos milisegundos se llenó de valentía y giró su cuerpo mientras abría los ojos, ahora se arrepentía de haberlo hecho, el ser que estaba frente a ella era esa criatura que había visto hace algunas semanas atrás y quién había ido a la habitación aquella noche de la otra vez, se quedó estática, inmóvil, no era capaz de moverse por más que lo intente, estaba por morir, acá terminaba todo de forma injusta.

Pero le sorprendió el hecho de que no la atacara, y mirara hacia una dirección con atención, y la cosa o el ser que miraba, estaba atrás de ella, probablemente en lo profundo de la habitación donde no llegaba a iluminar las velas, escuchó unos pasos y su cuerpo se giró, grave error, desde la oscuridad más profunda yacía saliendo Lucas, el verdadero causante de todo esto.

 M.D



                                               Habitación-107


Era una noche normal, el enfermero Louis tan solo iba a buscar a sus compañeros para dirigirse hacia la habitación 107, aquella habitación era muy conocida por los otros enfermeros, por extraños acontecimientos, desde aquella habitación siempre se escuchaban gritos desgarradores, también se podía escuchar a la paciente que estaba dentro; ella susurraba y decía algunas cosas sin sentido.
Louis se encontró con sus compañeros en medio de su camino hacia la recepción del hospital psiquiátrico; trabajar en ello era un reto para él que apenas había acabado sus estudios en la universidad; él les comento que le tocó la habitación 107 y apenas oyeron el número estos se alarmaron y preocupados dijeron que temían entrar a aquella habitación, él comprendía que los pacientes que llegaban al hospital  sufrían de algún trastorno mental pero asustarse por una paciente era algo que le pareció poco común, Louis sabía que de por si trabajar en hospitales como esos ya significaba correr varios riesgos.
Después de que sus compañeros le advirtieran entrar y le contaran varios de los rumores que circulaban entre los enfermeros, Louis hizo caso omiso y decidió entrar a la habitación.
Fue en busca de la receta de la paciente pero nadie le quiso decir sobre ello así que entro tan solo llevando algo de comida; al entrar sintió un olor muy raro que hizo que le dieran nauseas , no era el momento indicado para eso por ello tapo su boca y son la otra mano sostenía la bandeja de comida ,dio unos cuantos pasos y ya estaba cerca de la cama de la paciente ,dejo la bandeja en la mesa cerca a la cama de la paciente y se dio la vuelta para verla; ella tenía una piel muy blanca ,podría ser por alguna enfermedad ,sus uñas estaban muy dañadas ,podría ser que la ansiedad causara que se mordiera las uñas ,y sus ojos eran un negro muy intenso pero alrededor de sus ojos tenia ojeras muy pronunciadas ,el cabello lo tenía muy desordenado ;algo raro que también noto Louis es que la paciente estaba atada a su cama ,los pies y manos estaban atados, él no podía creer como una persona joven podría estar tan mal como para llegar al hospital  psiquiátrico.
Decidió desatarla y esta  no hizo ningún movimiento después de aquello, Louis noto que la paciente no quería comer por lo que salió de la habitación, al salir sintió un frio aire detrás de él, se dio la vuelta y no vio nada raro por lo cual siguió caminando, llego a la recepción y lo estaba esperando el médico responsable, sintió un nudo en su garganta ya que lo el medico lo miraba fijamente, se acercó y fue regañado por haber entrado sin la autorización de él ,le dijo que fuese a su oficina a las dos de la tarde.
Pasaron los minutos y luego de limpiar las habitaciones de otros de los pacientes Louis se dirigió a la oficina del medicó y este al verlo le comento que la paciente de la habitación 107 no era una paciente como las otras, la paciente había sido traída por un policía que le comentó al médico que esta causaba muchos disturbios entre sus vecinos y no de los típicos que hacen bulla o que fastidian a los vecinos, sino que lo que causaba tanto enojo al entorno donde vivía era que en las mañanas encontraban animales muertos en sus puertas ,¿Pero cómo supieron que la joven era la causante?, pues los vecinos cansados de ver lo mismo unas semanas decidieron poner cámaras de seguridad y quedaron aterrados con lo que vieron , las cámaras habían captado a la joven dejando los animales muertos pero esta vez los marcaba con números distintos ,al ver dichas grabaciones inmediatamente llamaron a la policía ,les contaron lo sucedido y les mostraron las pruebas ,la policía se dirigió hacia la casa de la joven y la detuvieron ,ya al llegar a la comisaria avisaron al comisario quien era el hermano mayor de la joven ,preocupado saco a su hermana después de ver los videos y escuchar los testimonios de los vecinos , él no podía creer que su hermana hiciera tal atrocidad tal vez solo sea un problema que se solucionaría con los años al internarla en un psiquiátrico, por ello se la encargo al medicó y luego se eliminaron los archivos de lo sucedido. Después de ello al tener a la joven unos días varios enfermeros que la atendieron terminaban con heridas por parte de la joven y varias veces había querido escapar por ello la amarraron a su cama y por eso el único que podía entrar a la habitación era el medicó.
Después de escuchar lo que le dijo el medicó, él supo porque la chica estaba amarrada y recordó que  la había desatado, se alarmó y quiso salir rápidamente pero el medicó le dijo que fuera de frente a su casa porque ya había acabado su turno, Louis solo asintió y salió de la oficina, no podía decirle al medicó que él había desatado a la paciente, podrían lo, pensó en que mañana volvería al hospital tempranamente y amarraría a la paciente otra vez a su cama.
Finalmente se fue a su casa, tomo el primer autobús que paso por el paradero y tomo asiento cerca a la ventana del bus, aún estaba asustado por lo que pasase con la paciente,  suplicaba dentro de él a que no pasase nada grave en el hospital.
Pasaron los minutos y llegó a su casa, dejo su mochila en uno de sus sofás, camino a la cocina y se cocinó algo de comer y decidió mirar la televisión mientras comía.
Se relajó unas cuantas horas pero luego empezó a escuchar que golpeaban su puerta, salió a ver quién era pero no había nadie, tal vez era un niño que le gustaba tocar las puertas para fastidiar a los vecinos, cerró la puerta y fue a lavar su plato, volvió a escuchar otro sonido pero este provenía desde la ventana, no le presto importancia y continuo con lo suyo.
Como debía de ir temprano al hospital decidió dormir temprano, subió las escaleras hasta su habitación y vio la ventana abierta de seguro no había cerrado bien aquella ventana; se acostó en su cama pero un escalofrió le recorrió el cuerpo al ver una sombra frente suya, tenía miedo,  recordó lo que le había contado el medicó pero sería imposible que la paciente lo siguiese, ella estaba en su habitación inmóvil no podría haberlo seguido ,su mente buscaba miles de excusas para no pensar que la paciente lo habría seguido.
Se levantó de su cama y volvió a escuchar ruidos que provenían de su sala, un ladrón, tal vez solo sea un ladrón, pensó nuevamente, llamó a la policía antes de bajar hacia la sala, estos solo le dijeron que vendrían pronto y que se mantuviera a salvo hasta que llegasen.
Los policías llegaron al cabo de unos 30 minutos, primero tocaron la puerta y al no recibir respuesta abrieron la puerta a la fuerza y supieron que habían llegado tarde; encontraron el cadáver del joven enfermero tirado en su sala pero lo más notorio del cuerpo era que había un número escrito con la sangre de este mismo, 107, ese número estaba escrito en el cuerpo, los oficiales solo investigaron la casa y no encontraron alguna pista del posible asesino.
Los compañeros de Louis se enteraron de la situación lamentaron mucho su partida y luego el medicó se enteró de la noticia, se dirigió hacia la habitación 107, miro la ventanilla de la puerta de aquella habitación luego cerro los ojos y apoyo su cabeza en la puerta y dijo: ‘‘Volvió a pasar’’.
Abrió los ojos y se alejó de la puerta, camino hacia su oficina y abrió un cajón de su escritorio, de aquel cajón saco unos 4 archivos los cuales mostraban las fotos y datos de sus enfermeros ,lo que diferenciaba a esos 4 archivos de los de los otros enfermeros eran que estos tenían escrito algo rojo que decía 107 y a dichos archivos añadió el de Louis y lo marco con el mismo número de la habitación de aquella paciente.

 

Wind




SOLO…NO SALGAS DE CASA


Louisa, era conocida en su pueblo, sin ni siquiera quererlo, y es que no era por hazañas que había realizado, era por su madre, Katty, quién tenía una fortuna. Es más, a ella no le agradaba vivir allí, sentía que sus vecinos la miraban en todo momento, y es que ellos siempre se habían interesado por su vida porque ella era muy misteriosa.

Louisa siempre quiso irse a vivir a otro país, pero se quedaba por su madre, con quién había discutido incontables veces acerca de ello. Para ser sinceros, se quedaba por el dinero, no quería lamentarse si perdía la oportunidad de heredar aquella fortuna por otra discusión. Ya bastaba con la mala relación que tenían.

Un día estaba comiendo cuando tocaron el timbre, al abrir la puerta no había nadie, la cerró pensando que alguien la quiso molestar, pero al instante tocaron otra vez, abrió nuevamente, está vez se fijo que había algo en el piso, al parecer un sobre, lo agarro y sintió un escalofrío que recorrió por su cuerpo.

Lo leyó mientras comía, y casi se atraganta al terminar de leerlo. En la carta decía que tenía que quedarse en una, al parecer casa, que estaba en el campo, muy lejos del lugar donde estaba. Si lo hacía todo el dinero de Katty pasaría a ser suyo. Louisa sabía que no tenía una buena relación con Katty, pero… ¿esto? La llamó, y como lo imagino, no contestó. Siempre estaba ocupada trabajando.

Apenas cerro los ojos esa noche, se sentía observada, pero no era el tipo de mirada que sentía de parte de sus vecinos, esto era distinto. Ella no era alguien que se asustara fácil, pero esa noche sintió algo extraño, algo que sería imposible explicar.

A la mañana siguiente alistó sus maletas, pensando “solo son dos semanas. Se pasó conduciendo toda la mañana y parte de la tarde.

Al llegar y ver el lugar pensó que era el lugar perfecto para un crimen, una casa grande que parecía deshabitada desde hace años, “vecinos” a kilómetros, poca iluminación, y ya para acabar, tenía un bosque.

 El escalofrío que sintió al recoger el sobre no se compara al que sintió al entrar a la casa, era fea por fuera, pero por adentro…era espantosa. En busca de un dormitorio, abrió casi todas las puertas, cada una chirriante, cuando encontró uno lo desempolvo y arreglo para dormir.  

Se despertó muy de mañana, le pareció escuchar que alguien tocaba la puerta, medio dormida bajo y se dio con la sorpresa de ver a… ¿una niña?, era muy extraño, estaba segura que estaba a kilómetros de otras casas.

La niña no dijo nada, lo raro era que no paraba de sonreír, alzó el brazo para entregarle un sobre, cuando Louisa lo recibió, la niña subió corriendo por las escaleras y se encerró en un cuarto. Casi la alcanza, pero la niña cerró la puerta y Louisa se quedó afuera, forcejeó para abrirla, pero estaba con llave. Mientras esperaba a que abriera decidió leer aquella carta, parecía un mal chiste, aparte de quedarse en la casa, tenía que hacerlo con esa niña, que por lo leído se llamaba Lily, y había una condición muy importante, Louisa no podía salir de la casa antes de que pasaran las dos semanas. Trató de calmarse mientras bajaba a la cocina y con la comida que estaba segura que alcanzaba para un mes, hizo pasta para las dos. Lily nunca bajo a pesar de que Louisa la llamó varias veces, no desecho la comida solo la dejo ahí y se fue a bañar. Al regresar a la cocina el plato ya estaba vacío.

Y así era todo el tiempo, el plato aparecía vacío cuando Louisa no estaba ahí, es más, la única vez que vio a Lily, fue cuando le entregó ese sobre. Pero sabía que ella estaba ahí porque se escuchaban risas, las cuales algunas veces…se escuchaban como si estuviera al lado suyo.

Algunas noches no habían sido las mejores, se despertaba de madrugada por pesadillas, que parecían tan reales que se despertaba temblando y ya no podía volver a dormir. Y por la oscuridad, quería pensar, siempre veía formas raras en todas partes. Una vez, vio unos ojos, eran como los de un gato, pero era imposible que fuera uno, esos eran enormes y parecía que se le iban acercando cada vez más, asustada se tapó la cara y cuando se las quitó ya no se había nada.

Una mañana, cuando ya había pasado una semana, se despertó y vio la casa en ruinas, nada estaba en su lugar. Hecha una furia, fue corriendo a tocar la puerta de Lily para pedirle explicaciones, pero ella no le hizo caso, la puerta parecía que caería en cualquier momento por tantos golpes, pero nada.

En todo el día Louisa solo hizo de comer para ella, seguía molesta con Lily.

 Cuando subía a su habitación, sintió unos pasos detrás de ella, saltó y salió corriendo cuando escuchó chocar las ramas de un árbol contra la ventana. Se cubrió con las sábanas y se quedó dormida. Se despertó a media noche porque sentía que la estaban mirando, abrió los ojos, pero no vio a nadie, hasta que se dio la vuelta, estaba ahí, parada a su costado Lily, con una sonrisa en los labios. Louisa, asustada le dijo que se fuera, a lo que Lily respondió “Tengo hambre” en un susurro extraño, sin hacerle caso, Louisa la sacó de su cuarto.

En la madrugada le dio mucha sed, vio la hora, las cuatro, cerró los ojos, pero no pudo dormir, tenía la garganta seca. Abrió los ojos dispuesta a levantarse, y se quedó helada, frente a ella estaba una figura alta y negra, como una sombra, tenía los brazos tan largos que casi llegaban al piso, la estaba mirando fijamente. Pensó que se trataba de una parálisis de sueño, trató de alzar la mano y…si pudo, lo que significaba que esa figura que la estaba mirando estaba realmente ahí. Mientras el miedo la consumía, dirigió su mano a la lámpara y la prendió, aquella figura desapareció y apareció Lily, a quién no se le quitaba esa sonrisa y no paraba de repetir “tengo hambre” riéndose de una manera horripilante. Louisa estaba conteniendo las lagrimas y tratando de no entrar en pánico, e hizo lo primero que se le vino a la mente, salió corriendo hacia la puerta. Detrás suyo venía caminando Lily diciendo tranquilamente “solo no salgas de casa”, Luisa forcejeó la puerta, pero esta no cedía. Trató de dirigirse a la puerta trasera, pero Lily ya estaba a su al frente, Louisa miró a todos lados, una ventana, podía escapar por ahí, sin pensarlo dos veces, empujo a Lily con todas sus fuerzas y rompió la ventana con un mazo. Se dirigió deprisa a su carro y rogando por que este funcionara, prendió el carro, piso el pedal, y para su suerte, funcionó.

 Manejo a toda prisa en busca de una comisaría, ya eran casi las ocho cuando encontró una, fue corriendo contarles todo lo sucedido. Mala idea. Solo recibió miradas incrédulas que le decían que no creían en ella, ¡que era una loca! ¿Y quién no lo pensaría? Louisa apareció de mañana con el pelo alborotado, sin zapatos y hablaba tartamudeando y casi gritando. La llevaron a un hospital psiquiátrico después de escuchar su historia, y ahí se quedó, pero no en paz, porque cada noche Lily la seguía atormentando y cuando Louisa gritaba para que la ayudaran, solo la dormían para tranquilizarla.

Al investigar acerca de su familia, se enteraron que su madre había muerto en un accidente hace poco menos de un mes, por lo que ese sobre…nunca fue enviado por ella. Louisa palideció al enterarse de ello, temblaba de una manera anormal, no quería saber nada, quería dormir y no despertar, pero cada vez que cerraba los ojos veía claramente a Lily…repitiendo una y otra vez “solo no salgas de casa” con esa sonrisa tan escalofriante.

 

Sunshine

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