Lirium
Había una vez, una
niña a la que le gustaba mucho la naturaleza y todo lo que tuviera que ver con
ella, tanto así que su patio trasero estaba lleno de flores y plantas de
diferentes formas y tamaños. Aunque, al ser una niña, ella no era
específicamente la que más cuidaba esa área, pero un día, eso cambió.
Todo empezó cuando
estaba jugando en el jardín de su casa, oyó una voz que provenía de una de las tantas flores que había
plantado con ayuda de su mamá. Esta misteriosa vos dijo:
-
¿Podrías echarme un poquito de
agua? Me estoy secando aquí.
Enseguida se escuchó
otra vocecita provenir del mismo lugar, esta decía:
-
Por acá también podrías ponerme un
poco más de luz, pareciera que es de noche.
Ella quedó
sorprendida y un tanto confundida al pensar que sus flores podrían estar
hablando, estaba casi segura (ya que jamás lo había ni pensado) de que estas no
lo hacían, y mucho menos, que se quejaban.
Al instante volteó
y buscó entre el patio a las dichosas flores. Cuando se acercó hacia donde
intuyó que provenían las voces, la primera flor que había hablado continuó su
conversación con total seguridad.
-
¡Hasta que por fin vienes!
–exclamó- Ya nos estábamos empezando a sentir olvidadas. ¡Un día más así y nos
confunden con césped!
Un tanto desconcertada por la actitud de la
flor, decidió preguntar:
-
¿Y tú desde cuando hablas?
¿Siempre has hablado? ¿Cómo te llamas? ¿Te puedo decir Jenn? Tienes cara de
Jenn, te voy a decir así ya.
Si, era una niña un
poco (muy) intensa y algo rápida al hablar. Pero a la flor no pareció
importarle la ronda de preguntas que le acababan de hacer y solo respondió lo
que le pareció razonable.
-
Pues en realidad solo hablamos
entre nosotras, solo que no de la manera en que ustedes los humanos lo hacen,
lo hacemos entre las olas de viento, caídas de pétalos, y otras formas que no
vas a entender. No, no puedes llamarme Jenn, y ¿Por qué no traes agua contigo?
Te vengo diciendo desde hace días que me riegues a mí y a mis amigas.
Al
estar completamente segura que era la primera vez que una flor le hablaba en su
vida, respondió muy segura.
-
¿Días? ¡Jamás me has dicho nada!
Es la primera vez que hablamos.
-
¿Jamás te lo he dicho? Creo que no
has notado como mis hojas se han caído, mis pétalos tienen las puntas marrones y
mi tallo está cada vez más débil. –Respondió la flor muy indignada-
Ella
sinceramente nunca había notado ninguno de esos detalles en su patio, pensaba
que las flores de alguna manera sobrevivían en el pasto verde.
Así
que, con un tono que reflejaba la
vergüenza que sentía al no haber notado nada y después de haber reflexionado un
poco, le respondió.
-
De verdad lo siento, no sabía que
ustedes necesitaban tanta atención o que necesitaban alguna en general.
La
flor solo asintió
-
Tranquila, no te lo tomes personal,
al menos ahora lo sabes, nosotras necesitamos cuidado y no somos solo un objeto
de decoración. Ahora anda a traer agua antes de que nos volvamos tan aburridas
como el césped.
La
niña solo sonrió, fue corriendo a traer un recipiente con agua para empezar a
regar y mover un poco las demás plantas para que así les entrara más luz a sus
flores.
Nunca
más volvió a hablar con una flor odiosa, pero si entendió la importancia de
cuidar lo que tienes a tu alrededor y que las plantas (o en si cualquier cosa)
se tienen que cuidar y mantener.
Y
aunque todos le decían que tal vez solo había sido un sueño o uno de esos
recuerdos que uno se imagina de niño, ella estaba segura que algún día alguna
flor le agradecería el esfuerzo que hacía para mantener su pequeño jardín.
Fin.
LILAC
Noel y el duende
Había una vez, un pequeño pueblo en medio de un bosque
donde vivía un pequeño niño llamado Noel. Le encantaba explorar, pero sus
padres no le dejaban salir fuera del bosque debido a los peligros que había afuera
de este.
Un día, mientras paseaba por el bosque, cayó por un
abismo y termino en un templo abandonado, dentro del templo encontró un trébol
gigante de 4 hojas y vio en las paredes unas palabras raras, el las nombro y
creyó que no había pasado nada hasta que, el trébol empezó a iluminarse y de él
apareció un duende llamado Joaquín, él duende le habla y le dijo:
¿Quién eres tú?, le pregunta el duende. Él le
responde: Me llamo Noel, el duende dijo: Es un gusto conocerte Noel, yo me
llamo Joaquín y soy un duende de los deseos, lo que más anhelé tu corazón te lo
puedo conceder, siempre y cuando no pidas tener vida eterna o traer gente del más
allá.
Noel emocionado, empezó a imaginar que le pediría al
duende y se le ocurrió que su deseo seria explorar el mundo exterior, después
de un rato Joaquín le pregunto a Noel si ya estaba listo para pedir su deseo y
Noel respondió que sí, Joaquín le dijo: Esta bien pero antes salgamos de aquí y
con un chasquido salieron del templo, luego Joaquín le pide a Noel que le diga
su deseo, el le responde que desea explorar el mundo entonces Joaquín le dice:
Agárrate fuerte, y de la nada un trébol gigante apareció debajo de sus pies y
empezaron a volar por las nubes.
Mientras volaban sobre las nubes, Noel observaba con
asombro el mundo que se extendía ante él. Las vastas llanuras, las montañas
majestuosas y los ríos brillantes eran mucho más hermosos de lo que había
imaginado. Sin embargo, la advertencia de sus padres seguía resonando en su cabeza.
¿El mundo exterior será tan malo como me lo advirtieron mis padres?
Todo parecía perfecto hasta que llegaron a una pradera
con flores brillantes y criaturas mágicas y Noel observo a lo lejos una sombra
extraña que se movía rápidamente, la criatura salió a la luz era una serpiente
que se deslizaba entre las flores, sus escamas brillaban como el arco iris bajo
la luz del sol. Sus alas coloridas iluminaban suavemente el prado mientras
volaba. Noel sintió asombro y temor al verla.
Noel pregunto: ¿Qué es eso?, sin parar de mirar a la
serpiente.
Joaquín le respondió con voz seria: Es la serpiente
alada, una de las criaturas más peligrosas que hipnotiza a sus víctimas con su
belleza, y les roba el color de su alma, convirtiéndolos en seres grises.
Debemos tener cuidado.
En ese momento la serpiente nota la presencia de Noel
y Joaquín, y sus ojos empiezan a brillar intensamente, Joaquín le dice a Noel:
No le mires a los ojos, pero ya es tarde Noel empieza a sentirse atraído por la
serpiente, como si todo lo demás le dejara de importar.
Joaquín al darse cuenta de que Noel estaba siendo
hechizado toco el hombro de Noel para romper el hechizo de la serpiente, en ese
momento Noel recupero la conciencia, pero ahora sabía que la criatura no solo
era hermosa, sino también peligrosa.
Noel le pide a Joaquín que regresen al bosque donde
todo es paz y tranquilidad.
Mientras regresaban al bosque, Noel no podía dejar de
pensar en la serpiente alada, había sido una experiencia muy aterradora, pero
también emocionante. Mientras bajaban entre los árboles, Noel se sintió
aliviado de estar en un lugar familiar, pero algo en su interior había
cambiado.
Sabía que el mundo exterior era peligroso, pero
también sabía que era hermoso y lleno de misterios. Noel le dice a Joaquín: Mis
padres me advirtieron sobre los peligros de salir del bosque, pero no me dijeron
que también había cosas tan maravillosas por descubrir allá afuera.
Joaquín le dice a Noel: Tienes razón Noel, el mundo
exterior está lleno de maravillas, pero también de peligros. Lo importante es
que ahora sabes que hay más allá de los miedos y advertencias.
Joaquín se despide de Noel habiendo ya cumplido su
deseo, vuelve al templo a la espera de un nuevo visitante.
Poco después de despedirse de Joaquín, Noel regresó a su hogar, sabiendo
que su deseo de aventura no había desaparecido, sino que había evolucionado.
Ahora, estaba dispuesto a escuchar las advertencias de sus padres y esperar a
estar preparado para enfrentar lo desconocido, con el corazón lleno de
curiosidad y precaución.
ANÓNIMO
Un colibrí con gran corazón
Había
una vez en lo profundo de un bosque muy bello lleno de vida y color, habitaba
un pequeño colibrí llamado Sito, este era muy querido por todos gracias a su
nobleza, gentileza y su enorme valentía por querer ayudar al resto de especies
sin importar cual sea, desde el oso mas grande hasta la más pequeña hormiga.
Sin
embargo, no todo podía ser tan perfecto en el bosque, algunas de las especies
comenzaron a burlarse de Sito por el defecto que este tenía en su ala derecha, era
un poco más pequeña que la izquierda, lo que según el resto de animales lo
hacía ver patético y débil comparado con el resto de habitantes, sus intentos
de ayudar serian en vano gracias a esto cada vez el pequeño colibrí perdía el
entusiasmo y ganas de poder ser de ayuda, estas burlas eran cada vez más
constantes, en especial de parte del pequeño búho Gio y la ardilla Renata. Pero
un trágico día llego una gran tormenta que arrasaba con todo a su paso, los
animales tenían que evacuar, pero siendo tantos se les hacía difícil poder
huir, Sito trato de ayudar pero al ser pequeño y recordar todas las burlas de
parte de los otros animales, este decidió huir, mientras escapaba veía como los
osos llevaba a las pequeñas criaturas en su lomo , los zorros y lobos ayudaban
como podían, todos estaban muy asustados hasta el pequeño Sito el cual no
conocía el miedo hasta que en ese momento vio que no había manera de poder
ayudar, ¿qué podía hacer ese pequeño colibrí?, se preguntaba este mientras huía
con el resto de aves, sobre el lomo de uno de los osos, ya que por la tormenta
se les hacía imposible volar. Hasta que el longevo búho Dock dio vuelta atrás,
intentaba volar como podía, pero sus alas estaban empapadas, Sito pregunto el
porqué de esta acción, Dock exclamo que su pequeño nieto Gio, salto del lomo
del oso al notar que su amiga Renata no llego a escapar, ya que se creía que ya
habían rescatado a todas las especies, pero quedaba esta, que estaba recogiendo
sus provisiones de nueces, Dock también comento que lleva todo el camino
diciéndole al oso que de la vuelta y regresa por los niños, pero este no se
atreve ya que aunque sea el animal más grande del bosque también siente miedo,
camino cada vez estaba mas peligroso y su pelaje empapado cada vez se le hacia
mas pesado junto con los animales que llevaba este en su lomo, Sito al
enterarse de esto recordó a esos dos, los animales que lo molestaban por su
tamaño y su ala pequeña, el simplemente pudo ignorar eso ya que se puso a
pensar una vez más, ¿qué podía hacer un pequeño colibrí como él?, pero ignoro
el hecho de que esos dos le hicieron perder la confianza en sí mismo y viendo
la gran angustia del viejo búho, se armo de valor y comenzó a aletear como
pudo, se dio cuenta que el agua de la lluvia no le impedía volar, nunca se
percato de eso ya que en el bosque raras veces llovía y si lo hacía Sito se
refugiaba de inmediato , trato de volar lo más rápido posible ya que por su
pequeña ala era algo difícil, pero siguió adelante. El viejo Dock pensó que el
pequeño Sito simplemente huyo para llegar más rápido y refugiarse, pero al cabo
de unos segundos vio como Sito regresaba junto con el Lobo Zat al bosque, el
colibrí antes de seguir con su camino le menciono al búho que no se preocupe ya
que él y Zat iría a rescatar a las dos criaturas sin importar lo que se les
atraviese, Sito había ido a buscar ayuda
a alguno de los rescatistas para poder ir en rescate de Gio y Renata, ninguno
quería ir por ellos ya que era muy peligroso, pero Zat el más valiente y rápido
de los suyos se armó de valor y decidió ir a salvarlos. Este lobo iba detrás
del colibrí siguiéndolo a toda velocidad, nunca había visto tanta valentía en
un pequeño animal, hasta el sentía mucho miedo, pero el valor y la confianza
del colibrí lo llevo volver a agarrarse de valor y siguieron su camino el cual
no fue fácil, cada vez los caminos se hacían mas resbalosos y se armaban
enormes charcos, pero después de un largo camino llegaron por fin, el pequeño
búho y la ardilla estaban muy asustados y se sorprendieron al notar la
presencia de Sito, no podían creer que después de todo lo que ellos le dijeron
halla ido a pedir ayuda para salvarlos.
Zat
les menciono que tenían que huir rápido ya que la tormenta se ponía peor, las
dos criaturas se subieron al lomo del lobo y rápidamente guiado nuevamente por
Sito Huyeron al refugio, en el transcurso del camino de regreso Gio y Renata no
dejaban de sentir un gran arrepentimiento por la manera en la que trataron al
pequeño colibrí. Al llegar al refugio el viejo búho Dock se reencontró con su
nieto, les menciono al lobo y al colibrí que estará eternamente agradecido con
ellos, mientras que el pequeño búho junto con la ardilla, se disculparon por
los malos tratos hacia Sito, este los perdono por todo y comenzaron los tres
una linda amistad en su nuevo hogar ya que los animales encontraron un bello
lugar para poder vivir en paz nuevamente, y Sito entendió que la verdadera
fuerza no esta en el tamaño, sino en el corazón y en la capacidad de trabajar
juntos para superar cualquier problema.
BETTY
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