La
mala suerte
Lo
primero que hizo Alberto al entrar al hospital fue ajustarse la mascarilla y
sacar unos guantes que llevaba en su bolsillo. Si iba a ser atendido entre un
montón de personas, no podía permitir que su mala suerte sea pasada a alguien
más. Con todo listo, fue donde la
enfermera para pedirle algunas indicaciones, pero, recordando su estado actual,
evito hacerlo. Ya que no estaba seguro si la mascarilla podía ser lo
suficientemente segura, no su mascarilla, sino la de ella: una de tela,
amarilla por el uso y de aspecto maltrecho, que contrastaba mucho con la que
tenía él puesta: hecha con fibra y con una válvula que le permita respirar. Debido
a esto tuvo que arreglárselas por sí solo. Camino por casi todo el lugar
buscando al doctor Normilla, el mismo que lo había atendido meses antes. Al no
encontrarlo ni siquiera en el área especial donde trabajaba, volvió a la idea
de pedir ayuda. Sin embargo, para no tener cargos de conciencia, lo hizo de una
forma peculiar. Llamo a la línea de atención del hospital para conversar con un
asesor. Tardo más de lo esperado, pero logro escuchar la voz de una persona que
no sea una maquina contestadora. Para su sorpresa el doctor Normilla había sido
dado de baja debido a una muerte intempestiva. “Son gajes del oficio, amigo “fue
lo último que le dijo el operador con el que hablo. Hastiado de caminar sin
rumbo y pensando un poco en la muerte de aquel aparentemente saludable sujeto:
una persona joven, de su edad aproximadamente, y de complexión fornida, Alberto
se sentó en un banquillo a las afueras del hospital. ¿Habría muerto por el
padecimiento que él tiene ahora? Lo más probable que sí. Atendía en el área especial,
donde todos van por lo mismo. Normilla no era un conocido suyo, pero aun así
sintió nostalgia por su partida. Recientemente también su hermano había muerto,
probablemente por la misma causa. Un día hablo con él de lo mas normal y al
siguiente lo vio en estado terminal dentro de una ambulancia. Su madre fue la más
afectada. después del sepelio, se aisló por completo: ni siquiera le contesta las
llamadas. Lo peor es que no puede ir a visitarla debido a su estado: teme
causarle aún más daño.
En eso, y mientras se preparaba para
levantarse del banco, Alberto sintió una extraña sensación, seguido de náuseas
y un sabor amargo en la boca. Mareado, e
intuyendo lo que iba a pasar, se sacó la máscara y corrió al árbol más cercano. Era la primera vez que vomitaba de forma tan repentina,
pensó. ¿Habrá sido un síntoma secundario de su padecimiento o solo algo que
comió le cayó mal? Alberto solo atino a limpiarse y salir de ese lugar. Las
personas de alrededor lo miraron mientras se iba. Camino acelerando el paso
para evitarlos, pero termino chocando con una pareja de ancianos en el cruce de
una avenida. Mientras recogía la bolsa que la anciana había tirado producto del
choque, Alberto se dio cuenta que no llevaba consigo su mascarilla. La había
dejado en su bolsillo después de limpiarse minutos antes. Se la puso ni bien la
tuvo entre las manos. Los ancianos, notando esto último, solo recogieron sus
cosas y se fueron sin decir nada. Un
poco incomodo con lo sucedido, Alberto salió a unos metros de la avenida para
tomar un carro. Ya adentro , se quedo mirando la ventana ,pensando en si su
mala suerte habrá llegado a permear en aquellos ancianos , en que si su familia
se vera igual de afectada como la suya , en que si sus amigos ya no les dirijan
la palabra por estar … De pronto , escucho la voz vozarrona del cobrador
avisándole que llego a su destino . Salió evitando a las demás personas y se
fue directo a su hogar. Ya en su casa, se intentó comunicar con su madre, pero
no obtuvo respuesta. Llamo también al
hospital para coordinar otra cita, pero tampoco obtuvo nada. Pasan dos, tres,
cinco, seis horas y Alberto seguía rodeado en una completa incertidumbre. Fastidiado solo atina a seguir intentando , pero no puede
…se desespera , se desespera porque no
consigue que le devuelvan la llamada , por tener que cargar con todo solo ,por no tener si quiera el apoyo de su familia ,
mucho menos de su prometida , la cual lo abandono por temor a su estado . “Mala
suerte la tuya, Albertito, pero hay muchos peces en el mar. No te desanimes “fue
lo que le dijo su difunto hermano cuando sucedió. Lo extraña, siente que era la
única persona en la que podía confiar. Su madre también lo extraña. Lastima que
la suerte que lo llevo a la muerte la haya terminado afectando ella justamente:
después de su funeral, enfermo de tristeza y se aisló por completo. Alberto no
quiere que todo esto vuelva a pasar: no quiere que su madre vuelva pasar por lo
mismo. Es más, después de su experiencia, no le desea su suerte a nadie en
absoluto: por eso es muy cuidadoso cuando sale. Suelta el teléfono y se da una ducha.
Cena viendo el noticiero y duerme pensativo, boca arriba: escrutando el techo.
Pasan los días, los meses, y Alberto sigue sin conseguir otra cita médica. Solo
obtuvo noticias de personas de su entorno íntimo con una suerte similar a la de
su hermano. Intenta mantener la compostura, pero no le quedan fuerzas. Recae y
es trasladado en una ambulancia. Lo llevan de emergencia, pero se queda en un pasadizo
junto a otros enfermos. Mira a todos lados intentando hallar un medico que lo
atendiera o una enfermera que lo llevase a una camilla , pero solo ve un
paisaje entristecedor , en donde también estaba postrada la anciana con la que
se había topado meses antes .Ya sin energías
y con el pecho queriéndole estallar , junto con la conciencia , Alberto solo atina
a lamentarse . Se lamenta de su mala suerte, la de aquella anciana, la de su
hermano, su madre, su familia, su prometida… Lamenta el día en el que su mala
suerte llego a él. Si hubiera sabido lo suertudo que era antes de realizarle
aquel funeral a su hermano luego de que sacasen su cuerpo del hospital, hubiese
buscado otra forma de calmar la tristeza de su madre . Quizás se alejó de él
por la culpa que sentía. . Sin aire y mirando la llegado de más ambulancias,
Alberto cede ante su suerte.
El narrador Adeu
LA IMPRUDENCIA ME COSTÓ CARO
La historia comienza con Henry un muchacho algo testarudo,
pero de buenos principios, que vivía junto a sus padres. Lucas se llamaba su
mejor amigo, con quien compartía todo y se entendían de maravilla, jugaban
baloncesto cerca de casa de Lucas. Este año era su último año de escuela, y
pensaba en aprovecharlo al máximo, ya que de alguna manera extrañaría esos
momentos inolvidables como estudiante. Todo marchaba bien, no había problemas, hasta
que llegó la pandemia, el Covid-19 o mejor llamado el Coronavirus.
Este virus se había transformado en una amenaza para cualquier
persona, ya que además de dar fiebre alta, tos y dificultades para respirar,
volvía a la víctima en una persona totalmente diferente, agresiva, parecía que
las personas se habían vuelto locas. La situación se había pasado de control se
decía que los infectados se habían escapado y que rondaban por la ciudad
buscando a más víctimas.
Sin razón alguna estos escupían en la cara a alguien
que este a su alrededor y cuando pasaba esto, su saliva era como ácido
muriático, les quemaba tanto la cara que se les tornaba la piel pálida y los
ojos de un fuerte color rojo, bastante aterrador.
Por eso a las personas infectadas se les colocaba una
mascarilla especial para evitar que les escupiera a los demás y así los
contagiara.
Estaban en cuarentena obligatoria, nadie podía salir
de su casa.
A Henry le parecía una tontería, lo que veía en las
noticias, creía que era puro cuento, que lo inventaban para asustar a la gente para
que no salga de sus casas. Sí, se escuchaba muy irreal para ser verdad, pero
así era la situación que estaban viviendo.
Ya había pasado 1 mes desde que no salía con Lucas,
estaba muy aburrido no había nada que hacer en casa, además de tomar sus clases
virtuales, limpiar y lavar cada que su mamá le decía. Decidió llamar a Lucas y
proponerle de encontrarse en el parque a las 3:00 p.m. donde siempre juegan
baloncesto. Este al escuchar la loca idea de Henry dudó unos segundos, pero
finalmente aceptó.
Mientras sus padres estaban tomando una pequeña
siesta, aprovechó el momento y salió de su casa sigilosamente, aunque no
quisiera, tenía la mascarilla puesta.
Sin embargo, cuando se encontró con Lucas se la quitó
ya que él afirmaba que no había peligro alguno, además que no lo dejaba
respirar a gusto. Así es ¿muy absurdo no? Que clase de persona sabiendo que
están en un estado de emergencia, aparte de imprudente e irresponsable, se le
atreve a decir semejante tontería, estaba poniendo en riesgo su vida y también
la de su amigo.
Entre charlas y risas, la pasaron toda la tarde, el
lugar era tranquilo ya que no había personas rondando obviamente. Hasta que
llegó la noche.
Mientras jugaban su último partido de baloncesto, la
pelota se desvió del patio, Henry fue a recogerla, se había metido en un
callejón medio oscuro, una vez recogida la pelota, pudo notar un bulto al lado
de un basurero, creyó que era un perro de la calle, o un pordiosero. La
curiosidad le ganó y sin darse cuenta encima de él había una persona de aspecto
extraño, como los que veía en las noticias, delgado, pálido y con los ojos
rojizos, este trataba de escupirle o hasta morderle, desesperado ante esto,
forcejeando logró escapar de aquella extraña persona.
Se dirigió corriendo hacia Lucas, quien lo estaba
esperando. Al llegar Henry solo lo jaló del brazo y le dijo que tenían que irse
inmediatamente de ahí, Lucas estaba confundido, él quería seguir jugando, ante
la terquedad de este, aquel extraño sujeto se le acercó y sin que este se dé
cuenta, le mordió el hombro, causando que Lucas se retorciera en el suelo de
dolor. Henry atónito ante la escena, sabía lo que iba a pasar y sin pensarlo
dos veces con todas sus fuerzas corrió hacia su casa.
Ahí estaba él corriendo por su vida, se sentía cansado
y ya que no los veía por ningún lugar, tomó un descanso en un poste cerca a la
pista para cruzar y llegar a su vivienda.
Mala idea.
Atrás de él venían dos sujetos furiosos sin razón
alguna, Henry dio un pequeño salto y siguió corriendo hasta llegar a duras
penas a su casa, cuando estaba punto de cerrar su puerta, los sujetos estaban
empujando para poder entrar, Henry no podía aguantar ya que eran 2 personas
contra él solo. Antes de que ellos ingresaran, se rindió y se fue directo a su
habitación y se encerró, no se había fijado en la presencia de sus padres,
quienes se encontraban en la sala preocupados por él.
Las dos personas fueron directamente hacia los
progenitores y pasó lo que tenía que pasar.
Gracias a su padre que antes había llamado a la
policía para dar como perdido a su hijo, ya que se había escapado y tardaba en
regresar.
Los oficiales llegaron y pudieron detener la situación
antes de que ocurriera algo peor.
Llevaron a los 4 infectados al hospital para aislarlos
de cualquier persona incluyendo a Henry.
Y ahí se encontraba él en un orfanato, en su
habitación, en su mente no paraban de aparecer aquellos horribles momentos que
paso aquel día en el que lo perdió todo, con lágrimas en los ojos y culpándose
por la situación en la que había puesto a sus padres y a su mejor amigo se
había dado cuenta que su imprudencia le costó caro.
Tany Lía-
Rain
Hoy es Domingo 10 de agosto , hoy cumple 5 meses
encerrado , me encuentro en mi cama con mis pies congelados me siento feliz
porque esta lloviendo y me encanta sentir el frío por mi piel de pronto sale una
señora y se me acerca , ella me dice buenos días por lo que le devuelvo
el saludo se trataba de mi tía, segundo después escucho a alguien mas parece
que caminaba de un lado a otro , hubo diez segundos de silencio cuando escuche
que esa chica parecía que le hablaba a alguien
me encantaba su voz era suave , pero me preguntaba que pasaba , bueno
pasaba que esa chica saludaba a su mama le estaba enviando un audio ya que se
encontraba a 858km de ella , parecía que le había enviado un encargo, voltee mi
rostro ya que en mi mente estaba seguir durmiendo y en eso vi un chico de
pequeño rostro era mi hermano que de una manera tierna me sonrió por lo que
hice es seguir durmiendo y no tomarle importancia , pasaron 2 horas y me desperté
vi que no había nadie a mi costado me alegre porque tenia la cama solo para mi,
pero ya no tenia sueño ya que se me había quitado porque había soñado con una
chica que nuca en mi vida había visto ella tenia cabello corto , sus ojos eran
pardos y sus labios me encantaron ,lo que hice es levantarme y dirigirme hacia
el cuarto de mi tía , cuando me di media vuelta me encontré a mi prima y sonreí
ya que verla dormir bastante era de
todos los días. Lo que hice es agarrar mi teléfono vi la hora y eran las 11, también
me percate tenía tres mensajes una era de mi mama deseándome que tenga un buen día
, lo único que vino a mi mente era la noche anterior en la que había discutido
con mi mama debido a mis bajas calificaciones, y se preguntaran de quien era
los otros 2 , bueno uno era de mi prima y le otro era de mi mejor amiga
diciéndome que tenia problemas , no respondí ninguno, ya que estaba muy
estresado, le hable a dos amigos , los quería a ambos , uno por su inmadurez y
el otro porque me vio crecer , por lo que a mi amigo le dije : Jeshua que paso
con tu enamorada y el me responde cual enamorada si estoy mas solo que tu .Bueno
solo me reí. A mi otro amigo lo salude y me contó de una chica llamada Karol,
me mostró una foto y no lo podía creer se trataba de la chica con la que soñé.
Ya tenia un problema resuelto, ya sabía quién
era la chica pero me encontraba triste por un lado ya que había decepcionado a
mi mama cuando escucho a mis primas haciendo planes para el día de hoy escuche
que le decía Venus que planes para hoy por lo que mi otra prima le responde:
Haber Mariel podemos ver una película o trabajar. Y pensé seguro volverán a
trabajar así que le dije a mi hermano jugamos por lo que me dijo: Ya. Y de
pronto salió mi tía enojada me dijo que no le parecía que jugara después de ver
mis calificaciones. Y salió una de mis primas y me dijo que no le parecía justo
que mientras mi mama se exponía en el hospital yo le esté pagando así, yo me
moleste y me fui al baño, y en el baño me ponía a pensar todo lo que me paso y
me decía a mi mismo una y otra vez que porque soy así, porque soy así. La
adolescencia te hace estúpido pero dependía de mi si serlo o demostrar que no
pero aun así no quería siempre me ganaba la flojera y llorar no porque llorar
no resolvería mis problemas y aparte odiaba llorar pero no sabia que hacer con
tantos problemas que tenia , yo quería ser un buen hermano , un buen hijo pero
no sabia como ,solo veía lo malo de las cosas y por eso es el comportamiento
que tenia , decidí salir del baño y seguí jugando en los momentos que jugaba se
me vino un recuerdo era de los primeros días que llegue a la casa de mi tía yo
no quería quedarme porque me gustaba estar solo en mi casa, paso un mes dos
meses y me di cuenta de todas las veces que me divertía , agarre y le escribí a
mi mama pidiéndole disculpa, no le llego el mensaje ,pero me di cuenta de que
llamaron a mi tía y era porque mi mama se había puesto muy mal . Me asusté
demasiado, llegó la noche y mi tía llegó con mi mama no sabia que hacer solo la
mire hasta que se durmió y luego yo ore y llore que no le pase nada a mi mama pedí que iba a cambiar, al día siguiente fui a la
habitación de mi mama y la vi y me alegre le pedí disculpa y me dijo esta bien.
Me retire de mi casa y me di cuenta solo pensé y llore bajo la lluvia del
domingo
ANÓNIMO
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